jueves, 22 de mayo de 2008

microsafari 2


porque no podía dormir, leía una y otra vez -de izquierda a derecha, de derecha a izquierda, de izquierda a derecha- las letras de la caja del mini pinball que había sobre el armario. le aterrorizaba, entre otras cosas, que un hipotético conejo descomunal y blanco de ojos ensangrentados avanzase por el pasillo en dirección a su cama. a duras penas conseguía dormirse pero enseguida le despertaba un sobresalto de caída en sueños, heredada, dicen, de nuestra época sobre los árboles. mira que te mira dios, mira que te está mirando, mira que vas a morir, mira que no sabes cuándo... y todo era insomnio.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Qué sublime algarabía ésta, la suya!

Territorio incognoscible de inextricables mediodías.

Acentos raudos sobre la cotidianeidad
de esos alfileres suyos, recreándose con los dobladillos y las manufacturas a crochet.

La ansío con cóctel y máculas de la supravivencia.

Ósculos, chata.

Txan dijo...

Y a quien no le dio miedo el conejo de ojos rojos alguna vez...

sencillamente incisivo